A mi amiga Ruth Abreu
Esta tarde luminosa, me sorprendió de repente el dulce titilar de una voz sutil, salpicada de armónicos acentos y de intensa ternura. Mientras salía de una entidad comercial con la que estoy relacionado de alguna manera, el timbre de la voz melodiosa de mi hasta entonces ignota cuñada de la ciudad de los rascacielos, Ruth Abreu (digna esposa de mi adorado hermano y alumno Ysaias Batista), pronunció mi nombre con dulzura, al tiempo que un bello ángel se acercaba con efusivos abrazos a la estancia de mis dichosos brazos fraternos que la estrecharon con emoción inusitada.
Ya sentía el presagio de que en nuestra bella amiga Ruth reside y vive inspirada la excelsa ternura de la auténtica primavera y el maravilloso perfume de las rosas fragantes poblando los jardines exquisitos de la existencia humana.
Sin esperar, mi angelical amiga Ruth hizo que mi dilecto amigo Ysaias Batista nos tomara varias fotos con los hombros entrelazados entre cálidos abrazos, desnudando con el mástil de su grácil presencia, las solemnes estofas del extraordinario ente humano que vive inspirado en el inexhausto contexto de su gigantesco corazón y de su alma blanca de mujer auténtica y noble.
Gracias Ruth, Gracias Ysaias Batista, porque de manera inefable resulta insoslayable confesaros, que desde esta tarde memorable la dicha embarga mi existencia con la inconmensurable ternura de dos párvulos angelicales.
Bendiciones y un fuerte abrazo para ustedes y el universo de sus seres amados.
FELICES PASCUAS Y UN PROSPERO Y VENTUROSO AÑO NUEVO PARA TODOS (las mayúsculas son mías).
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