UN NO ROTUNDO AL MALTRATO A LA MUJER

La mujer es el ser más sublime y maravilloso que Dios ha creado para que enternezca con su presencia fructífera la sacrosanta faz de la tierra que nos sirve de soporte.
La mujer debe ser tratada y considerada con la sutil delicadeza inherente a las cosas sagradas.
No existe razón justificable para maltratar y mucho menos para asesinar a una fémina, pues del vientre de una mujer obtuvimos la vida y prolongamos nuestra existencia.
No obstante lo antes expuesto, considero que la mujer como el sexo fuerte que es (análogamente que el hombre o sexo débil), debe hacer honor también a la dignidad de su privilegiada existencia humana: Terminar sin malicias ni rencores en tiempo oportuno su relación de pareja, si está cabalmente consciente de que la satisfacción, el cariño o el amor que alguna vez sintió por su cónyuge o por su pareja han fenecidos, antes de abrigar la parca colusión de una doble relación a escondida, o lo que es lo mismo; antes de escaldar en otra relación de pareja conservando aún la pareja que tiene dentro de la casa o su relación primaria.
En síntesis; considero que con cierto legajo de ironía e infundada hipocresía quizás, nuestras autoridades están moldeando un sólo lado de las causas de tantos asesinatos de mujeres en la República Dominicana; pues siempre que se habla de la violencia de género se omiten u ocultan absurdos motivos donde la mujer ha sido también protagonista y escultora de su fatal destino.
No basta con prohibir y negar a ciudadanos honestos y laboriosos el porte y tenencia de las armas de fuego (lo que aumentaría los asaltos y la delincuencia en sus heterogéneas facetas), pues los datos de una auténtica estadística arrojarían inefablemente que se cometen a diario más atropellos con armas blancas y otros tipos de armas, que los que son cometidos por ciudadanos no delincuentes con armas de fuego.
Hasta que no se tome en cuenta lo expresado en párrafos precedentes y se eduque a la mujer en complemento con la educación del hombre-- con exención de las retintas ínfulas de la ironía y la demagogia, interesadas o no--, las óptimas leyes promulgadas y las significativas inversiones en la implantación de todos los programas en aras de extirpar EL MALTRATO A LA MUJER (mayúsculas nuestras) serán la consecuente de un propósito inalcanzable; pues con o sin razón, un hombre vulnerado enjaulado en la intimidad de la frágil redondez de su inicuo orgullo, es susceptible de convertirse en una bestia salvaje, soberbia e implacable,.
Un fuerte abrazo para todos los hombres y mujeres de nuestra amada República Dominicana y de todo el universo.

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